domingo, 27 de enero de 2008

Vía Crucis extraordinario del Crucificado de la Hiniesta al Monasterio de San Clemente


La Hermanad de la Hiniesta, que preside Adolfo Arenas del Castillo, organizó un solemne y piadoso Vía Crucis, presidido por la imagen del Cristo de la Buena Muerta, que de forma extraordinaria llegó hasta el convento fernandino de San Clemente, en la calle santa Clara. Como se sabe. entre la cofradía de San Julián y este monasterio de religiosas existe una estrecha vinculación desde que la gran Custodia de esta Comunidad preside la procesión eucarística que prepara anualmente la corporación que preside Adolfo Arenas y que recorre las calles de la feligresía. La Custodia que figura en el cortejo del Corpus de San Julián es una obra espléndida y enriquece esta procesión que cada año alcanza un mayor poder de convocatoria. El hermano mayor de la Hiniesta, Adolfo Arenas del Castillo, quiso agradecer esta cesión de la Custodia con un solemne y extraordinario acto cofradiero. Y llevó hasta el monasterio de San Clemente en piadoso vía Crucis la imagen del Crucificado titular. El Cristo de la Hermandad de la Hiniesta podía ser contemplado por las religiosas.
El Vía Crucis extraordinario partió desde la parroquia de San Julián a las seis y media de la tarde. Llegó a la puerta de San Clemente, por la calle Santa Clara, a las ocho en punto de la noche. Abría el cortejo la cruz de guía con dos faroles y numerosos hermanos y devotos llevaban cirios encendidos. En el cortejo también figuró el Simpecado de la Hermanad y la presidencia, con el hermano mayor a la cabeza, Adolfo Arenas. También formó en el cortejo el hermano mayor del Buen Fin, Carlos Bourrelier, que va se integra en la lista de Arenas del Castillo para la candidatura que el cofrade de San Julián presentará para ser presidente del Consejo.
Antes de entrar el Cristo de la Buena Muerta a la Iglesia del Monasterio se cantó, asaetado, un sentido Padre Nuestro. La imagen del Crucificado, portado por los hermanos, entró en el templo a los sones de la música de capilla que acompañó a la imagen durante todo el recorrido. Fue emocionante la estancia del Cristo en San Clemente. La imagen fue depositada a los pies del altar mayor, mientras la madre superiora de las una religiosas rezó con devoción en honor del cristo de la Hiniesta. Las religiosas cantaron dulcemente diversos salmos. Terminada la ceremonia, el hermano mayor de la Hiniesta, Adolfo Arenas. hizo entrega a la Madre Superiora de una foto enmarcada con la figura del Crucificado de la Buena Muerta. Las monjas besaron las manos del Cristo.
Posteriormente, el cortejo transitó por la calle Calatrava. El Cristo fue llevado hasta el interior de la capilla de la Hermandad del Carmen. También llegó el cortejo, e su regreso a San Julián, en la Basílica de la Macarena. Brillante y solemne Vía-Crucis. Un acto enormemente piadoso para anunciar con extraordinario recogimiento las vísperas de una próxima e intensa Cuaresma sevillana.

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