miércoles, 1 de octubre de 2008

NO-MADEJA-DO: Zoido sigue sin saber qué es lo que quiere para Sevilla

Zoido, el del PP, sale ahora diciendo que el Metro no resuelve nada. Otra queja del popular para mis penas. Es un “esaborio”. Y bla, bla, bla... El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla y Parlamento –dos cargos, dos puestos y dos sueldos--, ha declarado que el ferrocarril urbano es más chicha que limoná para los ilustres sevillanos que residen en esta ciudad y en sus respectivos barrios periféricos.
Zoido, desgraciadamente, aún sigue con la empanada mental que le produjo la unión del PSOE e IU para arrebatarle con el pacto de la coherencia la Alcaldía de Sevilla. Y desde entonces arremete contra todo lo que huela a proyecto socialista o comunista, malhiriendo con una línea política dura y desgarrada a todos los que no comulgan con sus ideas.
El Metro de Sevilla, la Línea 1, está ahí, haciéndose poquito a poco, pero ya palpable y próximamente utilizable. El día 20 habrá un primer tramo inaugurado. Felices, entonces, los que podrán pasear en este nuevo transporte público. Alguna demanda cubrirá este Metro. Se puede criticar la tardanza en su puesta a punto y, también, pedir que también se lleven a cabo las demás líneas proyectadas. Pero este Zoido sigue erre que erre con sus absurdas declaraciones en contra de todo lo que se haga para bien de mucha colectividad, porque no es su “invento”.
El Metro es una importante aportación para mejorar el transporte de la ciudad. Y es un bienvenido servicio para aquellos ciudadanos que lo podrán utilizar desde que se ponga en funcionamiento. De momento, se inaugura un tramo. Luego, pocos meses después, tendremos más fases terminadas. Criticar por criticar, que es lo único que sabe hacer Zoido, es muy triste para él y para el PP.
El Metro de Sevilla, curiosamente, se proyectó hace más de 30 años. Pero su obra, que se inició en cocheras y en Eduardo Dato, quedó paralizada por muy diversos motivos políticos.
Recuperada la idea, esta obra es importante para Sevilla y sus habitantes. Pero Zoido llora tanto que parece una irritante plañidera. FERNANDO GELÁN

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