martes, 28 de abril de 2009

TOROS EN SEVILLA.- Orejas para Manzanares y El Juli en la 12º de corrida de abono en la Maestranza

TOROS EN SEVILLA.- Tres orejas se repartieron Manzanares y el Juli en la corrida de los parches Son Virginia

FICHA DE LA CORRIDA
12º festejo de abono en la Plaza de Toros de Sevilla.
Sevilla, 27 de abril de 2009.io de
Cuatro reses de Daniel Ruíz, que es la ganadería que estaba anunciada con seis morlacos, y dos de Gavira, cuyas reses sustituyeron a los rechazados por los veterinarios, se lidiaron en una tarde caluroso en la Real Maestranza que registró un cómodo lleno. Los dos sobreros eran de la ganadería de Serrano.
· Fran Rivera, aplausos y silencio.
· Julián López “El Juli”, oreja y aplausos.
· José María Manzanares, aplausos y dos orejas.

Crónica del periodista Fernando Gelán
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Dos merecidas orejas para un bravo y asentado Manzanares y una oreja, con leve petición de otra, para la sabia maestría de “El Juli” animaron una tarde en la que el ganado previsto de Daniel Ruiz tuvo que se apañado con dos toros de Gavira, para la lidia normal, y dos de Serrano como sobreros. Cuatro parches Son Virginia para sacar adelante el 12º festejo del abono.

Vamos a ir toro por toro, tal como van saliendo desde la puerta de los toriles al son musical de los clarines. La primera res en la plaza fue para Fran Rivera, vigilado desde el palco de la Maestranza por la Duquesa de Alba, más joven que nuca. La res que le tocó fue de Gavira, llamado “Visitador” y de 519 kilos. El madrileño que tomó la alternativa en Sevilla movió el capote como pudo y quiso ganar la medalla olímpica con las banderillas –poco brillo con los rehiletes--; la de artes aplicadas con la muleta y el premio a la desgracia a la hora de liquidar a “Visitador”, porque el animal no quiso morir del todo le hasta propinarle un fuerte varetazo al torero, volteándolo peligrosamente. Con sangre, sudor y muy aquejado, Rivera escuchó una fuerte ovación por su espíritu de lucha sobre los ruedos.

Después actuó el maestro Julián, que es el más grande. La plaza sevillana, que también es la mejor del mundo, vibró porque el también nacido en la capital de España demuestra siempre su clase, su valor y su enorme torería. Le tocó la primera res de Daniel Ruiz, de nombre “Enemigo” y de 555 kilos, que permitió el juego que marcó el torero. El animal fue, como el nombre con el que fue bautizado, un buen oponente. El Juli sabe la forma de enganchar a los espectadores y, además, como maneja la espada como quiere logró una estacada que fue premiada con una merecidas oreja y petición de la otra. Pero la presidenta Anabel Moreno únicamente mostró un pañuelo blanco.

Tercero en el ruedo y José María Manzanares frente a “Salteador”, un negro animal de Gavira de 530 kilos. Pero la res era más dura que el turrón de Alicante y con dos velas sobre la testuz como para ponérselas a un santo. Como el toro era un auténtico “·salteador” de caminos, Manzanares, en corto y por derecho, se quitó de en medio el molesto animal. Aplausos a la brevedad desarrollada por el alicantino, alegrando las prisas de la presidenta.

Para colmo del bajón de la tarde maestrante saltó al ruedo un “Mamarracho” del equipo titular de Daniel Ruiz. Pero este negro de 511 kilos no facilitó los deseos toreros de Fran Rivera quien, por activa y por pasiva, quiso que la res entrara por sus uvas. Con el traje de luces maltrecho por el revolcón en el primer toro, su pelea ante este “extravagante” resultó baldía a pesar de poner valor, sentimiento y atrevidos adornos con la espada y con la mano, llegando a tocar con la izquierda una de las finas astas del morlaco. Pero la “sección académica” de Fran Rivera no gustó. Mató mal y necesitó de dos descabellos para matar a la res para el arrastre. Fue silenciada su labor.

El quinto, a pesar del popular dicho, también fue otro “mamarracho”. El negro listón de Daniel Ruiz con 579 kilos y de nombre “Morisqueto” fue un toro imposible para El Juli. Corretón y distraído, la res no atendía a los engaños del torero y de sus banderilleros. Julián López tuvo que aliviarse como pudo, acertando con una estocada mortal para acabar con la tragedia.

El sexto fue otra cosa dentro de los altibajos de las reses de Daniel Ruíz y de los parches Sor Virginia de Gavira. Sin embargo, José María Manzanares tardó en reaccionar ante el dócil y manejable animal. Tanto el de Alicante como el toro –“Pañedo” de 545 kilos--, se entendieron para una buena lidia y Manzanares sacó un espléndido y adecuado partido del animal, que fue creciendo en poder y bravura. Los buenos lances de alicantino iluminaron la Maestranza en este telón final del 12º festejo de abono. Hubo izquierda mágica y derechazos con calidad artística y también valor y corazón. La estocada fulminante y certera de Manzanares, tras la exquisita y artística faena de muleta, tuvo el merecido premio de dos orejas. Manzanares, entre el clamor del público, lució sus trofeos y se llevó las dos correspondiente cajas de vino de Cáceres para casa. Brindis por el buen torero del alicantino. La fiesta sigue viva y la "culpa" la tiene el alcalde...

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