jueves, 28 de abril de 2011

Salvador Cortés salvó la mala corrida de Victorino Martín con una gran faena al sexto que le valió una vuelta al ruedo

* Crónica del periodista Fernando Gelán

Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla.
Jueves, 28 de abril de 2011.
Quinta corrida de abono de la temporada taurina.

FICHA:

Se lidiaron seis toros de la ganadería de Victorino Martín. Se salvó el sexto de la tarde, que fue el que más resistió en la plaza. La mayoría de los toros con poca presencia, escasos de fuerza y casta.

* Juan José Padilla, palmas y ovación, con saludo desde los medios.

* Manuel Jesús “El Cid”, saludó desde los medios en el primero y palmas en el segundo.

* Salvador Cortés, palmas y petición de oreja y ovación con vuelta al ruedo.

Presidió la corrida Julián Salguero, cubriendo el turno del dimitido Francisco Teja.
Casi lleno en esta corrida que forma parte del primer ciclo de la Feria de Sevilla, con un ambiente grato y agradable.

CRÓNICA DEL FESTEJO:
La Fiesta Nacional sigue. Contra los vientos y mareas de toros mansos y complicados de lidiar como en estos últimos días. Hasta ayer, hasta ahora, poco hemos visto bueno y largo en el Coso del Arenal. Llegaba esta quinta corrida del abono con mucho tirón. Curiosamente o sorprendentemente, el jerezano Padilla cambió los "miuras" por los "victorinos". Como los políticos, quiso el cambio. También llegaba al escenario de la plaza de la Maestranza el torero que ha luchado en mil batallas y que en su carrera taurina ha alcanzado destacados e importantes éxitos. “El Cid” de Salteras Campeador. Y, para colmar el vasito medio lleno o medio vacío de la terna, volvía en una segunda oportunidad en este ciclo decepcionante –salvo lo del Juli el pasado Domingo de Pascua--, Salvador Cortés, al que siempre queremos ver como en años atrás. Aunque es verdad, que los años no pasan en balde.
Así, pues, esta quinta corrida del abono era atractiva por la terna y la ganadería. Siempre, claro está, dentro de un orden. Hay que decir que algunos mansos de las últimas corridas pudieron servir para algo más, pero hubiese sido necesario toreros con más oficio. A pesar de todos los pesares, ya se sabe que había puestas muchas esperanzas en este quinto –y no hay quinto malo--, festejo taurino que tuvo su buen poder de convocatoria a pesar de la crisis.
El triunfador de la tarde taurina, dentro de los altibajos del festejo, fue Salvador Cortés, que parece que vuelve a estar en racha. Su faena al sexto y último toro de la tarde, que brindó además a su hermano Luis Mariscal, fue de enorme belleza y de mucho gancho. Se cuidó al morlaco para que resistiera el último tercio y el de Mairena del Aljarafe se apretó los machos y brindó una sensible tanda de naturales y pases de pecho. Cortés, en este toro que cerraba plaza y ante un público desencantado de todo cuanto había sucedido antes, puso ganas, valor, chispa, emoción y arte. El sevillano logró sacarle a “Heredero” –555 kilos--, magníficos pases. Y los tendidos agradecían el valioso esfuerzo de Cortés. La música tocó en honor del matador de Mairena del Aljarafe. Y aunque necesitó de una segunda oportunidad para dar una acertada estocada, Salvador Cortés fue enormemente ovacionado. El torero había salvado la tarde lo mejor posible. Aunque perdió los trofeos porque no mató a la primera –hubo petición de oreja por parte del público--, Salvador Cortés solo pudo dar una merecida vuelta al ruedo. ¡Uf, qué trabajo!
En su primero de su lote --tercero de la jornada taurina--, Salvador Cortés no logró culminar todo cuanto quiso y pudo. En algunos momentos de su faena de muleta hizo que la música sonara en el Coso del Arenal, pero al final todo fue un espejismo. El toro se vino abajo y el matador de Mairena del Aljarafe logró, al menos, un zarpazo efectivo con la espada para no prolongar más el tedio.
Juan José Padilla y Manuel Jesús “El Cid” eran los toreros –uno de Jerez y otro de Sevilla--, que formaban en esta terna con los esperados toros de Victorino Martín.
El jerezano, que siempre los hemos visto con los “miuras” hasta rasgarse las vestiduras, tenía esta oportunidad con reses menos duras. Juan José Padilla hizo todo cuanto sabe –rabia, pundonor, entrega, valor espartano, espíritu de lucha…--, ante el primero de la tarde. Pero el “victorino” no estaba para muchos sustos. “Molillo”, de 585 kilos, era un marmolillo. Padilla hasta salió en el tercio de banderillas para ensayar hasta su famoso violín. Pero nunca hubo son para este baile entre el triste morlaco y el torero. La gente pitó al toro y el matador se fue al burladero donde encontró el consuelo de su cuadrilla y unas palmas de agradecimiento de los aficionados.
En el segundo de su lote, cuarto de la corrida, Padilla ofreció detallitos con la capa: volvió a banderillear con violín incluido y buscó, ya con la muleta, culminar una faena al gusto del respetable. Pero el toro no estaba apto para funciones muy altas y se fue rajando. El jerezano mató al bicho de un buen estoconazo y recibió el aplauso de los aficionados, como premio a su voluntad y a sus buenos deseos de agradar.
Y “El Cid”. Salteras de bote en bote. El torero sevillano buscó de mil maneras poder ofrecer una lidia espectacular. En su primero, Manuel Jesús templó algo con la capa y ofreció algunos chispazos, pero sin garra y sin transmitir del todo. Durante la faena de muleta, “El Cid” luchó denodadamente ante “Muchopan” –569 kilos--, y el público agradeció su buena voluntad y sus exquisitos detalles. En este último tercio, el matador de Salteras logró apuntes muy meritorios, pero era un toro peligroso que buscó siempre las piernas del torero, volteándolo en una ocasión. Tras un primer intento, alcanzó un zarpazo en el segundo para herir de muerte al morlaco. “El Cid” tuvo que salir a los medios para poder agradecer la fuerte ovación que le dedicó el público.
En el segundo de su lote, quinto del festejo, Manuel Jesús no tuvo el toro adecuado. Torear a “Mancheguito” – 520 kilos--, era misión imposible. Aunque “El Cid” trasteó bien con la capa, pero el toro se rajó, se cayó y perdió todas sus fuerzas. El matador de Salteras quiso levantar el ánimo e intentó con mucha paciencia y constancia sacar petróleo, pero curiosamente el público pedía a “El Cid” que cerrara ya el grifo porque la res estaba para el puntillero.

En esta nueva jornada taurina, quinta de abono, al menos se ha roto la racha de los últimos bodrios. Bien es verdad que Padilla, “El Cid” y Cortés son matadores de mucha experiencia y su profesionalidad se notó en el ruedo, porque los toros de Victorino Martín, salvo ese milagro del sexto, los demás no respondieron a la expectación que siempre rodea a esta ganadería.

Este viernes, 29 de abril, se celebrará la sexto corrida del abono en la Plaza de Toros de la Real Maestranza. Los toros son de la ganadería de Garcigrande y en el ruedo estarán nada menos de Enrique Ponce, Julián López “El Juli” y Cayetano. La cosa se pone seria.
(Imágenes de la Empresa de la Real Maestranza)

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