lunes, 20 de febrero de 2012

ÚLTIMA HORA DEPORTIVA.- Dos goles del bético Rubén Castro bastaron para ganar en Zaragoza


* El Betis ganó merecidamente en un práctico partido jugado en La Romareda


El encuentro entre el Real Zaragoza y el Real Betis cerró esta nueva jornada liguera en la Romareda. Los verdiblancos de Pepe Mel, más prácticos y resolutivos que los blanquillos de Jiménez, ganaron merecidamente este encuentro vital. El Betis iguala con el Sevilla y el equipo maño se hunde en el pozo de la clasificación.


REAL ZARAGOZA, 0; REAL BETIS BALOMPIÉ, 2.- ¡Tela marinera! El Betis de Pepe Mel, antiguo jugador del cuadro verdiblanco, le ganó la partida al Zaragoza de Manolo Jiménez, que formó parte de un histórico equipo de Nervión. En La Romareda: Un banquillo con un bético y el otro banquillo con un sevillista. Al margen del choque sobre la yerba del campo maño, las espadas estaban muy altas entre los dos entrenadores, que además coincidieron en el césped de juego, cada uno defendiendo los colores de los dos primeros clubes sevillanos. Histórica rivalidad.
Salvo los primeros minutos de juego, en los cuales el Zaragoza, con más rabia que cabeza llegó a crear peligro ante el meta Fabricio, el resto del partido ha sido dominado serenamente por el equipo del Villamarín. Cortito, muy cortito, el cuadro de jugadores que prepara el de Arahal. Siempre estuvo falto de ritmo, orden, precisión, astucia y peligrosidad. El Betis, que rápidamente doblegó al Zaragoza, siempre llevó la voz cantante y desarrolló un fútbol más creativo y letal.
A los 40 minutos de juego, en buena jugada de ataque de los verdiblancos, Rubén Castro marcó el primer gol del equipo sevillano. Siempre está acertado y preciso el delantero bético y donde pone el ojo, pone el balón tras el certero zapatazo. Al Zaragoza, con este gol y su blandenguería, se le cayeron ya los palos del sombrajo.
La segunda parte, el Zaragoza fue un flan. Quiso resolver siempre a la ligera y superar el resultado adverso con un fútbol simple y sin apenas pólvora. Mientras el Betis, viendo el nerviosismo de su rival, se mantuvo sereno y coordinó un fútbol muy positivo y justo. El Zaragoza volcó todos sus pobres recursos en un ataque a la desesperada. Pero la defensa bética estuvo siempre segura e infranqueable, atajando y despejando cualquier balón complicado que llegaba a los dominios de Fabricio. Jiménez nunca encontró la fórmula adecuada para contrarrestar la calidad y el acierto de los hombres de Pepe Mel, que le estaba ganando la partida en todos los terrenos.
Y en esa insistencia en el contragolpe del Betis, aprovechando siempre el arrebato local en ataque, llegó el segundo gol, para rematar la buena faena, obra también de Rubén Castro --minuto 68--.
Mazazo para un Zaragoza hundido, descentrado y moralmente hecho pedazos. El Betis, con estos tres puntos de oro, era no solo el dueño y señor del partido, sino el conquistador de La Romareda. Y todo lo alcanzó el cuadro de La Palmera por su trabajo, entrega, firmeza y calidad. Entre los dos equipos hay, naturalmente, una diferencia enorme. Manolo Jiménez tiene poco porvenir con este equipo. Sin embargo, Pepe Mel puede soñar con metas muy altas. En la próxima jornada, en el Benito Villamarín, el partido será fundamental hasta para poner la pica en Europa.

(Foto WEB Liga BBVA).

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