jueves, 14 de marzo de 2013

Nuevas declaraciones de testigos en el juicio contra el ex torero José Ortega Cano que se celebra en Sevilla


Sobre el juicio que se celebra en nuestra ciudad contra el ex torero José Ortega Cano por el accidente de tráfico mortal, Cana Sur informa en su página web que el testigo Juan José L.J., camarero que en la noche del 28 de mayo de 2011 estaba en un bar de Burguillos (Sevilla), ha dicho a la juez que hacia las 22.05 horas vio a Ortega Cano saliendo del local y no respondió a su saludo, pese a que lo conocía.

El acusado iba tambaleándose, sin ser capaz de mantenerse en pie y luego le vio "trasteando con la puerta del coche porque no era capaz de abrirla", hecho que sucedió minutos antes de la colisión frontal que costó la vida al conductor del otro vehículo.

El testigo ha dicho que nunca ha servido solo coca cola a Ortega Cano, en contra de su propia declaración, sino siempre acompañada por güisqui.

Por la mañana "el maestro", como lo ha denominado siempre, pedía vino y manzanilla y por la tarde copas, ha afirmado el camarero.

Ha precisado que al día siguiente oyó al gerente del bar contar que aquella noche notó a Ortega Cano "como nunca lo había visto" hasta el punto de que su esposa le ofreció una cama para acostarse.

Otro testigo 
Un segundo testigo, camarero también del hotel La Alquería de  Burguillos (Sevilla) donde el torero José Ortega Cano paró antes  del accidente de tráfico donde falleció Carlos Parra, ha asegurado  este jueves que el acusado "iba bajo los efectos del alcohol" y, una  vez dentro del local, le pidió que le sirviera "un Ballantine con coca-cola".

Durante su declaración, el testigo, Cristóbal R.O., ha narrado que  sobre las 21,30 horas del día 28 de mayo de 2011 se encontraba  trabajando como camarero en la barra de este hotel y vio al acusado  entrar en el mismo, tras lo que le pidió que le sirviera dicha bebida  "en copa de balón", copa de la que "le vio beber".

Según ha dicho este testigo en el juicio que se celebra en el  Juzgado de lo Penal número 6 de Sevilla, a Ortega Cano "le costaba  hablar, balbuceaba, se trababa e iba con los ojos rojos", añadiendo  que el acusado ya había ido en otras ocasiones al hotel y "nunca"  había pedido "nada que no tuviera alcohol".

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