jueves, 30 de abril de 2015

X aniversario de la repatriación de los restos mortales de Pepe Díaz, Hijo Predilecto de Sevilla


El 30 de abril de 2005 llegaban a Sevilla los restos mortales de Pepe Díaz. Aquel sábado, en la Alameda de Hércules, muy cerca de donde había nacido, en La Macarena, el Partido Comunista de España organizó un homenaje de bienvenida. Llegó a “Las Sirenas” escoltado por la policía local con distinciones de Jefe de Estado. Allí recibió los honores de cientos de ciudadanos, muchos de ellos comunistas le rendían los respetos que aquel hombre, nacido en Sevilla en 1896, panadero y fundador del sindicato de panaderos en el primer tercio del siglo XX, llegaba a nuestra ciudad tras haber permanecido enterrado en la ciudad de Tiblisi (Georgia) desde 1942.
Pepe Díaz llegó a ser Secretario General del Partido Comunista de España entre los años 1932 hasta que falleció en la Unión Soviética, a donde había sido trasladado para ser tratado de una enfermedad que finalmente le condujo a la muerte.
A petición de su hija, Gardenia Díaz, del PCE, y del Aula Para la Recuperación de la Memoria Histórica, el Ayuntamiento de Sevilla había realizado gestiones ante las autoridades georgianas para la repatriación de sus restos mortales, que finalmente llegaron a Sevilla, donde fueron recibidos por sus camaradas, familiares y convecinos.
El Ayuntamiento, a propuesta de Izquierda Unida y por unanimidad de sus grupos municipales, acordó colaborar con el traslado de sus restos desde Tiblisi (Georgia) hasta Sevilla. Se le otorgó una tumba en propiedad para el reposo de sus restos en el cementerio San Fernando y le fue concedido el título de hijo predilecto de la ciudad de Sevilla, en atención a sus méritos personales, como luchador por los derechos de los trabajadores en general y sevillanos en particular y a su relevancia en la política nacional como diputado y máximo dirigente de uno de los partidos políticos fundamentales en ese momento histórico.
El sábado 30 de abril de 2005 recibió un homenaje público en La Alameda de Hércules de Sevilla. Era una tarde primaveral y luminosa y a este acto asistieron Amaya y Gardenia, la hija de Dolores Ibarruri “La Pasionaria” y la de Pepe Díaz, respectivamente.
Desde que habían llegado los restos a Las Sirenas, se había constituido una capilla ardiente en el patio central del centro cívico, donde se situaron libros de firma de condolencia y recuerdo. En todo momento estuvo flanqueado por responsables políticos de las agrupaciones locales y de la dirección sevillana del Partido. Los centenares de cuadros y militantes, así como numerosos ciudadanos no organizados en el Partido participaron en un acto político en el que hubo actuaciones musicales comprometidas con la causa comunista. Muchos autobuses de toda Andalucía, así como representaciones de las direcciones territoriales del conjunto del país estuvieron presentes en este acto político de bienvenida al camarada José Díaz.
Los discursos políticos vinieron precedidos por la presentación que Paula Garvín, Primera Teniente de Alcalde del Ayuntamiento sevillano hizo de Gardenia y Amaya. Impresionaron a los presentes las palabras de la hija de La Pasionaria, con ese discurso firme y conmovedor en el que hizo pública la carta de despedida de José Díaz a Dolores Ibárruri.
El 1 de mayo, fiesta de los trabajadores, los restos mortales de Pepe Díaz, escoltados por motoristas y con honores de Jefe de Estado, fueron trasladados al Salón de Plenos del Ayuntamiento de Sevilla, donde el gobierno local, encabezado por el alcalde, entregaron a su hija Gardenia la bandera de la ciudad y un diploma, cuyo tenor literal dice lo siguiente:
“El Excmo. Ayuntamiento, en sesión celebrada el día 22 de abril, acordó por unanimidad, nombrar Hijo Predilecto de la ciudad de Sevilla, al Excmo. Sr. Don José Díaz Ramos, en atención a sus méritos personales como luchador por los derechos de los trabajadores en general, y los sevillanos en particular, y a su relevancia en la política nacional como diputado y máximo dirigente de uno de los partidos políticos fundamentales en ese momento histórico. Sevilla, sábado 30 de abril de 2005.” El Secretario General; El Alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín.
Tras ello fue despedido en las puertas de la casa consistorial partiendo hacia el cementerio de San Fernando de Sevilla, donde el féretro de restos fue recubierto con la bandera oficial del Comité Central y llevado a pie hasta la sepultura en la que descansa ya, cumplidos los deseos de él y de su familia de regresar del exilio, para reposar en su tierra.
Esos lugares en los que forjó sus primeras luchas a favor de los parias de la tierra y que, ahora, más de 60 años después de su muerte, le acoge con honor.
Hay que reconocer que aquel Ayuntamiento de 2005 supo, desde la unanimidad, estar a la altura en todos los actos, así como al Grupo Municipal de Izquierda Unida en aquellos momentos que, con tesón, no había cejado ni un solo momento hasta conseguir su objetivo.
Igualmente, la organización sevillana del Partido y las juventudes de Sevilla, demostraron su enorme capacidad para darle todo el nivel que un acontecimiento de esta envergadura requería.

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