domingo, 28 de febrero de 2016

EL PENALTI DE GELÁN.- El Sevilla ante el Barcelona en el Camp Nou mereció romper la racha de ocho meses sin ganar fuera de Nervión, porque tuvo ocasiones para derribar a los catalanes (2-1)

Jugó el Sevilla Fútbol Club frente al Fútbol Club Barcelona en el Camp Nou en partido correspondiente a la 26ª jornada de la Liga BBVA. Este encuentro del torneo de la regularidad finalizó con el resultado de dos a uno (2-1) a favor del cuadro catalán. No mereció perder el Sevilla. Los hombres de Unai Emery, durante la mayor parte del encuentro, controlaron bien el partido. Se adelantó el cuadro de Nervión con un gran gol de Vitolo en el minutos 19, y aunque el Barcelona empató con los tantos de Messi, en el 31, y de Piqué, en el 48, el Sevilla ofreció un fútbol vibrante y espectacular. El equipo sevillista se movió por el terreno de juego con enorme intensidad, calidad y entrega. El Barcelona, en acciones aisladas de sus estrellas, quiso superar a la escuadra blanca que jugó con más firmeza, más ideas ofensivas, mejores acciones de apoyo y más talante deportivo. Pero faltó fortuna a la hora de sacar provecho en el área ante el meta Bravo, que muchas veces superó las dificultades que le creó el Sevilla con excesiva fortuna. No mereció perder el equipo de Emery ante un Barcelona que logró la victoria por los dos aciertos puntuales de Messi y Piqué.

CON TODAS LAS ILUSIONES Y LAS ESPERANZAS FRENTE AL LÍDER
Barcelona es buena si la bolsa suena… Y el equipo de Nervión fue con todas las ilusiones del mundo deportivo para crear inquietudes y zozobras a los blaugranas. Emery sabía lo complicado y difícil que es luchar contra la contracorriente de un equipo que está el primero de la tabla de la Liga BBVA y que se está distanciando poco a poco de sus más duros rivales. Luis Enrique, con sus fobias y sus chaladuras, cuenta con un buen material humano para crearle un lío padre a sus rivales. Pero siempre queda, en el caso del Sevilla, la esperanza, que es lo último que se pierde en la escuadra de Unai Emery. Las ideas tácticas del técnico blanco son más claras que las de Luis Enrique. Lo que sucede es que el Barcelona actual cuenta con ese trío formado por Suárez, el que muerde con los dientes; Neymar, el que presume con su gambeteo, y Messi, pequeño, pero duro y efectivo crack, para poder arrollar al equipo que se ponga por delante. Y ahí estaba el quid de la cuestión. El Sevilla de Emery tenía que salir al campo a morder. Fuerte presión y ser sobre el terreno de juego galgo y mastín, porque ya se sabe que “más corre un galgo que el mastín, pero si el camino es largo, más corre el mastín que el galgo”. Los hombres de Nervión ya derribaron al coloso. La muestra quedó grabada en aquel mes de octubre del pasado año. Los blancos ganaron por 2-1 al Barcelona en el Sánchez Pizjuán con los goles de Krohn-Dehli e Iborra. Todo era cuestión de ser o no ser en terreno de los catalanes para partir bien el melón y comerse a gusto las tajadas.

SE ADELANTÓ EL SEVILLA CON GRAN GOL DE VITOLO
Impresionante el Sevilla en esta primera parte del partido. Ofreció un gran espectáculo futbolístico durante media hora. Supo controlar el juego ante el Barcelona realizando un perfecto montaje defensivo para no dejar un hueco libre a los hombres del ataque blaugrana. Además, poniéndole mucha casta, el cuadro de Emey preparó las contras con peligrosas acciones letales. A los siete minutos tuvo Kolo la primera ocasión de remate ante Bravo. Más tarde, a los 11 minutos, fue Vitolo quien ensayó el tiro desde lejos en otra acción de contragolpe del equipo de Nervión. El Sevilla, con una táctica muy estudiada y metido muy de lleno en sorprender al Barcelona, se fajó con mucho arte para dar un buen campanazo en el Camp Nou. Es verdad que el Barcelona encontró la forma de responder al reto de los sevillistas cuando Messi lanzó un saque de esquina sobre el portal de Sergio Rico. El argentino, en el minuto 13, casi mete un gol olímpico, pero el balón dio en el poste. El rechace fue controlado por Suárez, pero el esférico, duramente rematado por el uruguayo a puerta por el delantero azulgrana, dio en el larguero.
No se achicó para nada el Sevilla. Ya había llegado con peligro al área local, provocando dos saques de esquinas. Y la intensidad que el equipo de Emery puso en la pelea tuvo su justa compensación cuando a los 19 minutos llegó el gol de Vitolo. La jugada nació en las botas de Tremoulinas, con intervención de Krohn-Dheli. El centro del defensa blanco fue rematado bravamente por Vitolo. Era el 0-1 para el Sevilla. El zarpazo era merecido.
Sin embargo, el Barcelona, poco a poco, con su astucia y sus hombres resolutivos, lograron empatar. En el minuto 31 hizo una falta Ramis sobre Suárez en el borde del área. Messi se encargó de tirar la peligrosa falta. El delantero argentino lanzó ajustado al palo contrario y marcó el gol del empate. Sergio Rico se estiró hacia el balón, pero no pudo hacer nada ante el colocado zapatazo del delantero local. Era el 1-1. Había que empezar de nuevo.
Se creció el Barcelona con el gol de Messi. Sobre todo, porque durante media hora fue el Sevilla el amo y señor del cotarro con su gran despliegue defensivo y sus contras maravillosas. Dos minutos después del tanto de Messi, en el 33, Vitolo estuvo a punto de marcar de nuevo. Pero esta vez no hubo suerte en el remate. Con todo este suspense acabó la primera parte. Pero el Sevilla había atragantado a los azulgranas.

EL SEVILLA BUSCÓ EN TODO MOMENTO SORPRENDER A LOS CATALANES
A los tres minutos del comienzo de la segunda parte, en el 48, el Sevilla fue sorprendido por el tempranero tanto marcado por Piqué. Sergio Rico desvió a córner un remate de Neymar y tras el saque de esquina llegó el gol del defensa azulgrana. En esta acción del Barcelona, Messi recogió el balón y se lo cedió a Suárez. El delantero uruguayo asistió a Piqué y el central remató con habilidad y rapidez para batir al portero sevillista. El cuadro de Luis Enrique, sin merecerlo, se colocaba con ventaja. Un 2-1 a favor del cuadro local con todo un mundo para seguir en la pelea deportiva. El equipo catalán quiso amarrar del todo la corta victoria, porque el Sevilla había acusado este duro golpe. Pero los hombres de Emery no lanzaron nunca la toalla. Todo el equipo estaba firme y comprometido para seguir luchando con fe contra todas las dificultades. Había seguridad en la portería --Sergio Rico detuvo en los minutos 51 y 54 dos balones rematados por Neymar y Sergio Busquet--, y las repuestas del Sevilla fueron claras y contundentes. Emery hizo el primer cambio en el minuto 63, colocando en el terreno de juego a Konoplyanka por Cristóforo. El técnico sevillista quería dar mayor mordiente a las acciones ofensivas y quiso quemar todos los cartuchos. Buscó en todo momento y con enormes ganas y poderío el gol del empate, porque no merecía la derrota. Y el Sevilla hizo sufrir al Barcelona con su resistencia y todas sus amenazas. Hubo otro relevo en el once blanco, con la salida de Juan Muñoz por Iborra, en el minuto 75.

CLARO PENALTI A FAVOR DEL SEVILLA QUE EL ÁRBITRO NO SEÑALÓ
Todo el equipo de Nervión estaba ya con una idea clara y fija: alcanzar por velocidad, entrega y ambición el campo rival, con el fin de poder llegar hasta Bravo y fusilar desde el área a gol. Hubo remates de Gameiro, Vitolo, Iborra, y Krohn-Dehli, pero sin el golpe final definitivo para batir a Bravo.
En esta revolución blanca, en el minuto 88, Nzonzi tuvo una ocasión de oro parta marcar el gol del empate. Pero el balón no quiso ir dentro de la portería del equipo local. También, en el minuto 89, hubo un posible penalti de Piqué a Vitolo, cuando el sevillista fue derribado dentro del área del Barcelona. Pero el juez de la contienda, Jaime Lastre, no quiso señalar la máxima pena. Los lanzamientos de saques de esquinas dieron una clara idea de las virtudes que tuvo el Sevilla para obtener un resultado más justo en este encuentro. Mientras el cuadro catalán lanzó seis --en uno de ellos elaboró el gol de la victoria--, el equipo de Nervión llegó a sacar hasta siete.
Messi fue el hombre clave, como siempre, con ese golazo de falta directa y sus controladas y peligrosas acciones atacantes. El delantero argentino también fue protagonista en el gol de Piqué. Pero el Sevilla, todos a una, jugando en colectividad y forzando al máximo su entrega, mereció un mejor resultado. Aquí, en el Camp Nou, se pudo romper esa mala racha de ocho meses sin ganar fuera. El Sevilla, por su juego y oportunidades, avisa al Barcelona para lo que puede hacer en la final de la esperada Copa del Rey.

FERNANDO GELÁN

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