domingo, 16 de octubre de 2016

En una multitudinaria ceremonia, el Papa Francisco proclamó santo en la Plaza de San Pedro de El Vaticano al sevillano Manuel González García









El Papa Francisco, en el acto celebrado este domingo, 16 de octubre, en la Plaza de San Pedro, pronunció la tradicional fórmula en latín y proclamó santo para Iglesia universal al sevillano Manuel González García y a seis santos más..
Una abarrotada Plaza de San Pedro vivió con intensa emoción el momento solemne, escuchando las palabras del Papa y respondiendo con un ferviente Amén, sellado por un gran aplauso y aclamando al Señor con el canto del Jubilate Deo:
«En honor de la Santísima e Indivisible Trinidad, para exaltación de la Fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y la Nuestra, después de la debida reflexión y la oración frecuente implorando la asistencia divina, y después de haber oído el parecer de muchos de nuestros hermanos en el episcopado, declaramos y definimos Santos a los Beatos
* Salomón Leclerq
* José Sánchez del Río
* Manuel González García
* Luis Pavoni
* Alfonso María Fusco
* José Gabriel del Rosario Brochero
* Isabel de la Santísima Trinidad
y los inscribimos en el Libro de los Santos, decretando que en toda la Iglesia ellos sean venerados entre los Santos. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo».

EL APOSTOLADO DEL SANTO SEVILLANO MANUEL GONZÁLEZ
«¿A dónde vamos? Se pregunta la política y el derecho de gentes, y el de propiedad, y la moral y el orden social y los valores todos, hasta ahora recibidos; y un encogimiento de hombros general es la respuesta que se obtiene. ¿A dónde vamos? Nos preguntamos también los católicos, ¿Al caos, a la casi total desaparición de la fe, precursora del Juicio final o a la aurora del día de la Justicia y de la Paz para con Jesucristo y su Iglesia?» [...] «Aunque la Iglesia sabe siempre a dónde va, porque el dedo de Jesucristo está siempre señalándole sus senderos, no deja de experimentar zozobras y angustias al prever y presentir en estos momentos de lucha descomunal, la sangre y las almas de hijos suyos que se le van a quedar por los campos de batalla de varias clases...», quien escribió estas palabras, - palabras vivas también en nuestro tiempo - el Beato Manuel González García, nació en Sevilla, España, el 25 de Febrero de 1877. Fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1901. Llevó a cabo su ministerio en pequeños pueblos, luego se convirtió en decano de la parroquia San Pedro de Huelva. En 1910 fundó la obra "Las Marías de los Sagrarios Abandonados" para las mujeres y "Discípulos de San Juan" para los hombres.
En 1915 fue nombrado obispo auxiliar de Málaga, en Andalucía y en 1920 obispo residencial de la misma diócesis. Fundó la Juventud Eucarística Reparadora y la congregación de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret. En 1931 comenzaron los primeros signos de la sangrienta Guerra Civil española (1936 - 1939) y el 31 de mayo algunos grupos de revolucionarios quemaron casi todas las iglesias de Málaga, incendiando también el Palacio Episcopal. El beato afrontó a los revolucionarios con valor y se entregó en sus manos, pero lo dejaron en libertad. En 1935 fue nombrado obispo de Palencia en Castilla la Vieja. Escritor prolífico, publicó numerosas obras, en particular de espiritualidad eucarística y de catequesis. Murió en Madrid el 4 de enero de 1940 y fue beatificado en 2001 por el Papa Juan Pablo II. Finalmente este domingo 15 de octubre será proclamado Santo por el Papa Francisco.
Ya en el libro "Artes para ser apóstol", el Obispo Manuel González García, 'pastor con olor a oveja' proclamaba el bien y denunciaba el mal, privilegiando el apostolado por medio de la Eucaristía como fuente de salvación para todos. «Urge una acción esencialmente eucarística», que oriente «todo el ministerio sacerdotal a obtener, o tratar de obtener, que el Evangelio sea conocido, que el Pan vivo, comido, el Maná escondido, gustado, el Dios del Sagrario sea reverenciado, la Providencia que en él vive sea tenida en cuenta. Y el Modelo vivo que en él se exhibe sea copiado», afirmaba. «¿Por qué Jesús Evangelio no es conocido, Jesús Pan no es comido, Jesús Maná no es saboreado, Jesús Dios no es reverenciado, Jesús Providencia no es tenido en cuenta? - se preguntaba el Beato. «Sólo porque Jesús, Modelo de caridad y humildad, no es imitado». (Fuente: Radio Vaticano).

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